Me he dado cuenta de que ya no necesito el tabaco para dejar de comer a deshoras; tampoco necesito la comida para dejar de fumar continuamente. Y estos dos amigos se han ido dando codazos para ponerse uno delante del otro cada cierto tiempo. Comienzo a ser disciplinada y el hambre ha dejado de ser desordenado. El tabaco por otro lado, sólo lo saco a pasear cuando necesito esconderme detrás de un cigarrillo.
Mi vida algo más saludable y sin esa fea sensación represora.
Mi vida algo más saludable y sin esa fea sensación represora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario