Aquí me hallo, en París, comenzando una vida sin muchas que estuvieron acompañándome hasta hace muy poco.
Año de despedidas, de grandes perdidas, huecos vacíos que no se vuelven a ocupar pero que hacen parte de este nuevo camino emprendido. Despedidas de personas que se marcharon pero que siguen queriendo estar apareciéndose en sueños para mandarme mensajes llenos de sabiduría y todo tipo de muestras de cariño. Esos abrazos o esas conversaciones "no reales" hacen su efecto cuando despierto y siento un nuevo bienestar.
Las despedidas dan paso a bienvenidas, nuevas personas, nuevos acontecimientos en mi día día ocupan nuevos espacios y hacen que todo se vea de un color diferente sin llegar a perder la forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario