lunes, 11 de octubre de 2010

EL VECINDARIO ENVEJECE Y DESAPARECE

Mis vecinos se hacen mayores, el paso del tiempo va dejando pistas en ellos, hasta hacerlos desaparecer. Primero fue Manolo, recuerdo que lloré, aún hoy le tengo presente, fueron 20 años de miradas puerta a puerta. Con su marcha dejó un descansillo repleto de féminas apoyadas por un único y gran hombre. Cheres comenzó a tener conductas disparatadas, las cuales al principio nos hacían reir: que si me tengo que meter en esos vaqueros de mi sobrina a mis 80 años, que si todas estas (su familia) están locas... luego pasamos a ponernos tristes: que si quien eres tú; ¿dónde está mi madre?; ¿dónde está Manolo que hace mucho que no viene por casa?. Cheres, a día de hoy, no reconoce a nadie y está en una residencia. A ella le siguió Mina, apareciendo por todas las casas buscando a su loro. Pasó a no reconocer a su marido, Paco. Él, una persona realmente adorable y valiente, dedicó su vida a Mina. Me molestaba ver la vejez de él, ¡no podía hacerse mayor una persona así! Después de años duros y difíciles junto a Mina, una noche de madrugada se quedó inmóvil en el suelo, comunicándonos sereno que lo único que le pasaba es que se estaba muriendo e hizo constar que no tenía ningún miedo. Ha pasado un mes desde ese día y Paco ya se ha ido, nunca más volverá para cuidar a Mina, deja su testigo a una persona desconocida a la cual pagan por hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario