sábado, 21 de agosto de 2010

PROMESAS INCUMPLIDAS

Puedo prometer y prometo que nunca más prometeré. Comienzo a coser mi gran bocaza aunque la muy canalla aún me sigue jugando malas pasadas. Funcionamos de manera independiente porque cuando ella habla yo no pienso pero lo peor es que luego me toca hacerlo para poder deshacer el lío en el que me ha metido. Es como si tuviera ahí otra persona que determinara por si sola. Ha llegado el momento de unificar criterios y sobre todo de ser respetuosas las una con la otra. Solo le he pedido que cuando algo no me apetezca, por favor se mantenga cerrada. Ella es impulsiva y le gusta proponer cosas que piensa que me van a gustar, ella en ese momento está plenamente convencida de qué lo voy a hacer y es por eso que habla sin ningún tipo de freno. Nos conocemos desde que nací y hasta donde llega mi memoria no han parado de sucerderse este tipo de capítulos. No sé por qué pero ahora confío más en ella y aunque esté dando los últimos coletazos sé que será capaz de mantener la calma. Aún así continuaré cosiendo.

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