jueves, 18 de noviembre de 2010

MI VIDA EN PELAYO

Me despierto en un estudio; caigo de la cama y me encuentro en el salón. Ahora me doy cuenta de lo mucho que me cunden las mañanas y es que aunque parezca cómico, el no tener que desplazarme porque en un mismo espacio tengo: habitación, cocina, salón y baño, hace que ahorre en minutos. Es lo bueno de estas casas del futuro, te permiten vivir más en menos tiempo.

Salgo a la calle y dependiendo de la semana, me encuentro con los trasnochados o con los bebedores de primera hora. Al principio me sorprendían los botellines de cerveza de las ocho de la mañana y la gente sin equilibrio, pero ahora ya han pasado a formar parte de mi paisaje mañanero.

Camino por Gravina, me recreo mirando hacia arriba los balcones de Barquillo y Almirante, intentando llegar a ver algo de los que tienen luz. Y no me considero una persona cotilla, pero sí muy curiosa. Me gustaría conocer una pequeña parte de la cotidianidad de estas personas que habitan en casas descaradamente bonitas.

Regreso por la tarde paseando por la Plaza de las Salesas para después atajar por la calle Belén y sus cafés; aquí me encuentro con otro tipo de fachadas, en concreto una del siglo XIX que me hace creer que estoy en París. Dejo atrás galerías, espacios muticulturales y tiendas indescriptibles. Me adentro en mi vecindario en forma de corrala aunque en ocasiones tiende más a parecerse a la Rue del Percebe. Aquí me encuentro con Miguelito, con apariencia de gato, intentando entrar en mi casa; el argentino que toca la guitarra y no deja de calar a la de abajo. Los del primero que palidecen por momentos y cada vez están más cerca de mimetizarse con los niños de "Los Otros".

Exceptuando la mañana y la tarde que me recuerdan que estoy en Madrid, el resto del tiempo lo paso en mi espacio que podría estar en cualquier parte. Y es en realidad "mi cuarto propio", como aquél que describía Virginia Woolf; un espacio que toda persona necesita para desarrollar su independencia, disfrutar de la soledad y alimentar el intelecto. Y es en esas en las que estamos.

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