viernes, 19 de noviembre de 2010

EL PESO DE LOS RECUERDOS

El no recordar es a veces utilizado de manera inconsciente para no sentir. Pensaba que con el tiempo, dentro de mí se había venido a habitar la frialdad y a su vez se perdía todo el romanticismo de los momentos, de las etapas, de los lugares... eligiendo ser más práctica para rodearme de lo imprecindible. Es todo mucho más sencillo que todo esto. Me he dibujado un punto delante de mis ojos que no me permite echar la vista atrás y asi me obligo a avanzar. De esta forma, no hay lugar para el recuerdo y menos aún para el gozo de tiempo pasados, solo existe lo siguiente.

Lo pasado deja huella en cualquier lugar insospechado porque no quiere irse de tu memoria. En estos momentos, se apodera de mí una fuerte sensación cargada de sentimiento, cuando regresan olores, sensaciones, imágenes de hace unos meses vividos en otro lugar. Una canción, unas fotografías, un acento... cualquiera de estas cosas no me dejan indiferente. Fueron buenos momentos cargados de, podría llamarse, felicidad. Ahora dudo si es por este motivo por el que lo vuelvo a revivir de esta manera o es porque realmente tengo un hueco allí.

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